domingo, 16 de marzo de 2008

Diario de un residente

    Retirado. Pueden encontralo en Cosas que nunca confesé a nadie.

2 comentarios:

Esther dijo...

Mis respetos, Boris. Como siempre, tus micros echan raíces en lo humano. En esa humanidad que no se traduce en grandes gestas ni sucesos impactantes, ni en psicosis terroríficas o pasiones violentas. Nos retratas, Boris, en esa cosa de ser humano en lo cotidiano... que de última, lo impactante y grandioso existe porque existe esa humanidad cotidiana.

Leí no sé cuántas veces este micro, y lo encuentro impecable por donde lo mire. Hay... hay cosas que no se aprenden estudiando, compañero, ni asistiendo a talleres ni nada de eso, estoy convencida. Es capacidad pura y simple, una cierta sensibilidad para encontrar justo las claves y cómo engancharlas una con otra.

Leo una historia triste, muy triste. La inevitabilidad de lo que le sucede al narrador, y eso es casi general: sólo se requiere vivir lo suficiente.

Creo que el protagonista está ingresando a la senilidad, y retrocediendo mentalmente a la niñez. Se queja de que lo tratan como niño, y lo amenazan: tómate la sopa, sino serás castigado. Pero él se comporta como un niño: lo quieren obligar, entonces él no toma la sopa. Se queda sin comida y sin televisión. Y al día siguiente, le dice a su hija: he perdido el apetito.

Y es también un comportamiento infantil su alegría desbordante por haber ganado una competencia.

Luego, todo se olvida, y toma su sopa.

No sé hasta dónde el protagonista mantendría su lucidez si estuviera en su casa. Me explico: es posible que en esa Residencia el tratamiento que le den a los ancianos es como si fueran niños; inevitablemente, los llevarán a deslizarse en un tobogán, hacia la niñez. O no. Eso, no está claro. Lo único que tenemos en concreto es la apreciación del protagonista sobre “la bruja vestida de blanco”. Pero es como él la ve... no sabemos si realmente ella es así o no.

Siempre me haces pensar, compañero...

La última oración es un lujo. A vos sí que no puedo nunca criticarte los finales!!!

Saludos,
Esther

Manuel Navarro Seva dijo...

Hola, Esther,
Lo que es un lujo es leer tu comentario. No sé las veces que he leído éste. Sabes ver en lo profundo y eres demasiado generosa con mis textos, o con casi todos mis textos. Me ayudas a ver lo positivo de ellos y eso me anima a seguir escribiendo.
Muchas gracias.

Saludos,
Boris