lunes, 3 de marzo de 2008

Políticamente correcto

El Real Decreto de 1 de junio de 2007, por el que se regula la contratación de profesores de religión, establece en su artículo 3 como requisito exigible para impartir la asignatura de Religión el haber obtenido la declaración de idoneidad o certificación equivalente de la confesión religiosa objeto de la materia educativa. También establece, en su artículo 7, que una de las causas de extinción del contrato será la revocación ajustada a derecho de la acreditación o de la idoneidad para impartir clases de religión por parte de la confesión religiosa que la otorgó.

No nos debería extrañar, pues, que un obispo católico, de acuerdo con la ley, pueda decidir que la partida de bautismo u otros requisitos acordes con la religión católica sean necesarios para impartir su asignatura. Lo que no parece lógico es que sea el Estado el que contrate a los profesores de religión, ni que soporte los gastos de indemnización que establezcan los tribunales cuando juzguen improcedente el despido y sea el obispado el responsable de los daños causados al profesor despedido, ni que en la escuela pública se imparta esta materia. Lo más lógico sería que el Gobierno que saliera de las urnas el 9M revisara los acuerdos del 79 con la Santa Sede. Aunque no sea políticamente correcto.

Manuel Navarro Seva. Madrid
Publicada en PÚBLICO el 19.2.2008

2 comentarios:

ñam dijo...

Completamente de acuerdo contigo. Sobre esto siempre me ha parecido que hay un error de fondo y es precisamente el que comentas, que la religión tenga sitio en la escuela pública. Sencillamente, no lo entiendo. La religión tiene su lugar (iglesias, mezquitas, lo que sea. Incluso la calle, que es de todos) pero donde no cabe ni con calzador es precisamente en la escuela. Bueno, pues estos mismos señores son los que tachan al gobierno de hacer proselitismo con la dichosa asignatura de educacion para la ciudadanía y derechos humanos. Cágate lorito.

Manuel Navarro Seva dijo...

Claro, Ñam, pero lo políticamente correcto es no enfrentarse a esa realidad. Supongo que hace falta mucho más tiempo. Pero estoy seguro de que algún día las cosas cambiarán.
Me gusta eso de cágate lorito.
Besos, Boris.