miércoles, 25 de junio de 2008

Daniela

Relato publicado en mi libro Cosas que nunca confesé a nadie.


Cuando llega Daniela ya estoy despierto. La oigo dejar las llaves en el plato de la cómoda, caminar hasta el baño, encender la luz. Tiene la piel oscura y los pechos grandes. Luego de cambiarse, abre la puerta de mi habitación, pregunta si he dormido bien, levanta la persiana con energía, enciende la radio y dice:
—¡Hace un día estupendo!
Lo dice siempre, aunque llueva o haga viento. Me besa, me desnuda y me lleva en brazos al cuarto de baño. Menos mal que peso poco. Me coloca con suavidad en la tina. Al principio sentía vergüenza de que me viera desnudo. Ahora no. Ahora deseo que vea mi cuerpo, incluso cuando se me pone dura, que es casi siempre, sobre todo, cuando pasa la esponja por ahí abajo. No puedo evitarlo. Me encanta que pase la esponja por todo mi cuerpo, pero cuando enjabona mis partes, me vuelvo loco. Sé que ella sabe que disfruto con eso. A veces lo hace mirándome a los ojos, como preguntando:
—¿Te gusta así, cariño?
Cuando termina, me seca con una toalla grande y pone desodorante en mis axilas. Me gusta sentir mi cuerpo limpio y oler bien. Después me viste, me coloca en la silla y ata mis pies con las correas de cuero. Las manos no me las ata. Las manos las puedo llevar sueltas, pero hago con ellas movimientos extraños, sin querer. Después de darme el desayuno y las medicinas, me lleva a la parada de la ruta. Cuando llega el autobús, Daniela me da un beso de despedida. A las nueve y media estoy en el Centro. Paso el día pensando en ella, pero soy incapaz de decirle que la quiero, que desearía acostarme con ella. Podría marcharse y no volvería a verla nunca.

Manuel Navarro Seva 
Madrid, 21 de mayo de 2008
Ganador de la primera semana del IV Concurso El planeta de los libros. Finalista. 




lunes, 23 de junio de 2008

El ‘caso funeraria’

Resulta que, tras 15 años de dilaciones
del proceso, la sentencia
de la Audiencia Provincial deMadrid
establece que hubo prevaricación,
tráfico de influencias, falsedad
documental y fraude a la
Hacienda pública en la venta del
49% de la Empresa Municipal de
Servicios Funerarios. El precio de
la venta fue de 100 pesetas (0,60
euros), cuando su valor estimado
era de 1.236 millones de pesetas
(7,4 millones de euros).

Pero los culpables, los empresarios
José Ignacio Rodrigo y los
hermanos Valdivia, han sido absueltos
por prescribir los delitos.
Y al ex teniente de alcalde Luis
María Huete se le inhabilita por
prevaricación por dos años y un
día, con lo que podría, si su avanzada
edad no se lo impide, presentarse
a las próximas elecciones.

¿Que le desilusiona la Justicia?
¿Que ha perdido la fe en la
Política? ¿Que quién resarcirá a
la Hacienda pública y al Ayuntamiento?
Hombre, por favor, no se
mortifique, puede usted acabar
necesitando prematuramente los
servicios de la funeraria que, por
cierto, continúan enmanos de los
susodichos empresarios.—

Manuel Navarro Seva
Publicada en El PAÍS el 18.6.2008

jueves, 12 de junio de 2008

El caso funeraria

Resulta que, luego de 15 años de dilaciones del proceso, la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid establece que hubo prevaricación, tráfico de influencias, falsedad documental y fraude a la Hacienda pública en la venta del 49% de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios. El precio de la venta fue de 100 pesetas (0,60 euros), cuando su valor estimado era de 1.236 millones de pesetas (7,4 millones de euros).

Pero los culpables, los empresarios José Ignacio Rodrigo y los hermanos Valdivia, han sido absueltos al haber prescrito los delitos. Y al ex teniente de alcalde, Luis María Huete, se le inhabilita por prevaricación por dos años y un día, con lo que podría, si su avanzada edad no se lo impide, presentarse a las próximas elecciones locales, autonómicas o nacionales por el Partido Popular.

¿Que le desilusiona la Justicia? ¿Que ha perdido la fe en la política? ¿Que quién resarcirá a la Hacienda pública y al Ayuntamiento de Madrid?

Hombre, por favor, no se mortifique, puede usted acabar necesitando prematuramente los servicios de la funeraria que, por cierto, continúan en manos de los susodichos empresarios.

Manuel Navarro Seva.
Publicada en el diario Público el 10.6.2008