jueves, 14 de octubre de 2010

Pluriempleo


      

Como los ángeles al caer el sol, ella baja del taburete y se quita las alas y la túnica; sale del parque y camina hasta el autobús. En casa, recostado en el sofá, él le pregunta cuánto ha sido. «No mucho», responde ella, «la gente es cada vez más roñosa». «Ahí tienes la cena», dice él. «Date prisa». Ella come el bocadillo con desgana, mirando la tele. Luego se ducha, se maquilla, se pone una minifalda, zapatos de aguja y sujetador rojo. Él la acerca con el coche. Ella se planta en la rotonda hasta que el sol asoma por el horizonte.
©Manuel Navarro Seva