lunes, 17 de junio de 2013

El paciente de El Pardo

He terminado de leer este libro, que no sabría decir por qué compré. Tal vez fue solo por curiosidad. Y la verdad es que no me ha decepcionado.

Se trata de un libro sobrecogedor que nos cuenta la agonía y muerte del dictador Franco.

El autor fue el médico más joven, treinta y un años, que formó parte de los treinta y tantos médicos del equipo habitual que atendió al paciente de El Pardo, en el periodo de tiempo comprendido entre el 15 de octubre de 1975, fecha del último consejo de ministros que presidió el dictador, hasta el 20 de noviembre de 1975, día en que falleció.

Narra en primera persona, con conocimiento de causa y con todo lujo de detalles médicos, la agonía del generalísimo hasta el momento de su muerte, cuando ya nada se podía hacer por él. Y lo cuenta a su hija como si lo hiciera a toda una generación que no vivió aquellos días tan cruciales para el futuro de España: con la muerte de Franco moría también el régimen y se abría un futuro incierto que podía llevarnos a una nueva guerra civil. Todo el proceso de la enfermedad se llevó con bastante secretismo y los españoles ignorábamos cuál era el estado real del dictador.

¿Y qué aporta esta obra que no se haya dicho ya? Mucho. Se trata de un documento único por su veracidad al estar escrito de primera mano y, además, con una excelente prosa y con claridad, lo que ayuda a no perderse dentro de toda esa jerga médica que utiliza el autor, a la que no estamos acostumbrados. El doctor Palma ha sabido componer un relato eficaz desde el punto de vista médico, manteniéndose aparentemente al margen de juicios de valor sobre la dictadura y los personajes que menciona en la obra. Cuenta algunas de las anécdotas que vivió sin entrar a valorar en profundidad a las personas cercanas a Franco, si exceptuamos al marqués de Villaverde, su jefe en La Paz, del que dice que fue un gran cirujano cardiovascular, cosa que muchos dudaban.

José Luis Palma tuvo el privilegio de estar allí en ese momento histórico y trató al dictador como a un paciente más, como a un viejo enfermo en pijama que necesitaba de sus cuidados. Pero él mismo, su esposa, la familia Franco y muchos españoles nos preguntamos si era necesario hacer sufrir tanto al paciente, alargando su vida artificialmente, cuando lo único que le quedaba vivo era su enfermo corazón. El autor lo justifica basándose en el código deontológico médico, pero la respuesta quizás haya que buscarla en el miedo al futuro de los partidarios del franquismo y de la mayoría de los españoles.


Para los que busquen rellenar un hueco de la historia que no había sido tratado de manera tan fiel, este libro me parece muy recomendable. Pueden encontrarlo en este enlace de Amazon