miércoles, 23 de enero de 2013

Sobre la sangre derramada, de Manuel Navarro Seva

 Amigos, esta es la reseña que escribe Esther González (una escritora y lectora muy especial) sobre mi último libro, en su blog Necesidad y azar

Manuel (Boris) ha publicado su segundo volumen de cuentos. Esta vez, relatos más extensos que los de Cosas que nunca confesé a nadie. Y más extensos que aquellos a los que nos tiene acostumbrados a nosotros, sus lectores-seguidores. Lo que no cambia es la excelencia de su prosa, la solidez en la narración… Y esa particular mirada sobre el mundo que el Homo creó a su imagen y semejanza.

Los personajes viven en San Petersburgo, o llegan, se van o recuerdan a San Petersburgo. Ciudad mágica. Ciudad donde la sangre puede ser derramada y ha sido derramada a lo largo de cuatrocientos años. Ciudad atravesada por la historia grande desde sus inicios, que sobrevivió a guerras y revoluciones y hasta a un feroz sitio de más de dos años en un siglo XX en el que ya parecía que sitiar ciudades era una táctica obsoleta.

Pero estas historias poco tienen que ver con esa otra. La violencia es íntima, personal; la sangre puede derramarse sin que los personajes pierdan una gota de ella, y a veces el no hacer resulta ser la mejor forma de hacer. Es posible comprender a los protagonistas, husmear en su interior, seguirlos en sus pensamientos y acciones porque, en definitiva, son como usted o como yo o como cualquiera. Aunque nunca nos haya tocado vivir sus particulares aventuras o conocer Rusia.

Luego de terminar el libro me dije que había algo curioso en él. San Petersburgo es otro personaje más, pero lo es con una cualidad casi fantasmal: está pero no necesariamente se advierte que está, a veces solo se lo observa con el rabillo del ojo y uno cree que lo ha olvidado y, sin embargo, sigue estando allí, justo en la periferia de la visión. Ahora me desvela el intentar averiguar cómo Boris logró este efecto. Para copiarlo, of course. Esa es la ventaja de compartir espacios literarios con los que son realmente buenos escritores…

Tuve la suerte de leer Sobre la sangre derramada antes de que se publicara. Boris me pidió una mirada crítica. La tarea más fácil del mundo: revisar los cuentos de Boris no es tarea, es una fiesta. Así que no presten atención a los créditos: mi condición de "redactor" es, más que nada, la de haber disfrutado antes que otros lectores de estos cuatro magníficos cuentos.

Mejor no continúo. En el blog de Boris puede leerse el Prólogo, escrito por Montse de Paz. Elisabet dice todo lo que vale la pena decir y lo expresa con una calidad literaria insuperable. Callo la boca, entonces, y me remito al prólogo…

Link a Amazon, Sobre la sangre derramada.

Por Esther González



lunes, 21 de enero de 2013

Reseña de La última vuelta del scaife. De Mercedes Pinto Maldonado

Sinopsis (descripción del producto en Amazon):
La última vuelta del scaife relata la dilatada y escabrosa vida de un judío que huye de Alemania a los diecinueve años empujado por un amor imposible. El día que se despidió de su maestro en el puerto de Hamburgo no imaginaba cuán largo y complicado sería su viaje.
Educado en un ambiente judío ortodoxo, Josué necesitará sobrevivir a las situaciones más extremas como garimpeiro en África del Sudoeste para comprender que, más allá de culturas y religiones, existe el valor de la amistad. Kuaima, un nativo himba huido de la tiranía de su colono, y Carlos, un diplomático español que ha escapado del absolutismo religioso de su esposa, serán los amigos que le acompañarán.
Abandonará a su familia en los peores momentos, traicionará a sus amigos, olvidará sus raíces y su Dios. Y todo por un valioso diamante que no sabe si podrá entregar al fin.
La última vuelta del scaife es la historia de tres hombres de países y culturas diferentes destinados a encontrarse muy lejos de sus orígenes y a vivir una gran amistad.

La historia comienza así: «Me llamo Josué, hijo de Aarón y Sara, los seres más honrados que he conocido jamás». Un inicio que me recuerda uno de los mejores comienzos de novela de la historia: «Llamadme Ismael. Hace años, no importa cuántos exactamente…» Y a partir de este primer capítulo, que es una reflexión de Josué sobre lo que ha sido su vida, ya no podemos dejar de leer esta interesante y entretenida novela, que, como se indica en la sinopsis, es la historia de tres hombres: Josué, un judío que deja su mundo en busca de fortuna con que poder regresar y casarse con su amada Abigail; Carlos Ladrón de Guevara, diplomático, un personaje español, de Granada, entrañable y sabio, que habla por los codos, “incluso durmiendo”, como dice Josué, y que ama la vida, disfruta de sus placeres y huye de su “santa” esposa para hacer un viaje hacia el África “prometida”; y, por último, Kuaima, esclavo de raza negra, que huye con su familia de la injusticia y el maltrato al que es sometido por su propio padre y dueño. Son tres personajes inolvidables.
Los tres protagonistas principales se encuentran en su camino hacia la búsqueda de fortuna y viven una estrecha amistad, pese a sus diferencias de cultura y religión. La autora ha sabido transmitir esa impronta personal a cada uno, que se refleja a través de sus diálogos y de la propia narración de Josué, que, exceptuando algunas incursiones de un narrador externo, es quien cuenta toda la historia.
A lo largo de la narración nos encontramos también con personajes secundarios, no menos interesantes, algunos entrañables, otros viles y despreciables, con sus propias historias, amenas y bien contadas por la autora, como los padres de Josué, sus abuelos maternos, Jeremías, Abigail, Samuel, el padre Marcus, Frank, el capitán Fischer, Henry, Simbara, Oaseb, Huma, Juan, Mary, Leal, Teresa…, que nos hacen pasar momentos inolvidables durante una lectura placentera y conmovedora.
Hay novelas que dejamos de leer antes de llegar al final. Otras que una vez leídas las olvidamos al momento, también las que resultan difíciles de leer porque el autor las escribió con un lenguaje enmarañado, confuso, lleno de “codos” y “rodillas” que te incitan a abandonar. La última vuelta del scaife no es una de esas, es  no solo una novela interesantísima, de las que uno disfruta, de las que nos duele terminar, sino también de las que una vez leídas se recuerdan, por sus historias que emocionan, por sus personajes, que palpitan con sus pasiones, sus ambiciones, sus carencias, sus temores, sus traiciones…, y porque está bien escrita. Mercedes Pinto Maldonado utiliza un lenguaje sencillo, que no simple, y eso se agradece.
Además, se nota que la autora se ha documentado ampliamente sobre las costumbres judías, sus leyes y ritos; sobre las gemas, herramientas y el trabajo asociado a la obtención de los diamantes; sobre los garimperios o buscadores de estos valiosos minerales; sobre el ámbito histórico de guerras y entreguerras en que se desarrolla la novela; sobre las costumbres de los pueblos indígenas de África. Proporciona para facilitar la lectura un glosario de términos que utiliza en la narración en relación con el judaísmo, los diamantes, su búsqueda y tratamiento, las costumbres de los pueblos indígenas de África, la Historia…

He conocido a Mercedes Pinto Maldondo hace unos meses en las redes sociales. Enseguida me llamó la atención por sus reflexiones y citas, por sus respuestas a los compañeros escritores que intentamos abrirnos camino en este difícil mundo de la escritura. Sus libros (Maldita, Pretérito imperfecto, El talento de nano, La última vuelta del scaife) no pasan desapercibidos en las listas de Amazon, sino todo lo contrario.
Mercedes es, a mi juicio, una de las escritoras que destaca, una escritora a la que hay que seguir y cuyos libros, leer.

En fin, La última vuelta del sacaife es una novela que merece ser leída. Es una novela que deja huella. Una novela con alma. Nadie se arrepentirá de leerla. Así que yo me permito recomendarla sin reservas.

Puede adquirirse en Amazon.

martes, 15 de enero de 2013

Sobre la sangre derramada

No se me ocurre mejor presentación de Sobre la sangre derramada que la que escribe Montse de Paz en el prólogo que introduce mi nuevo libro.   

Prólogo                                                                                                                                                      


Sobre la sangre derramada… He aquí cuatro relatos cuyo telón de fondo es Rusia y, más concretamente, San Petersburgo, la ciudad de las noches blancas, ciudad que de inmediato evoca arte, palacios, arquitectura señorial y nieve. Hablar de Rusia es evocar, casi inevitablemente, la nieve.

Sangre sobre nieve. Esta poderosa imagen, tan simbólica en algunas mitologías, es la que me viene a la mente a la hora de buscar un eslabón, un nexo, algo que una y que defina ―si es que se puede definir― el conjunto de estos relatos surgidos de la pluma y la imaginación de Boris.

En su prefacio, él dice que la infidelidad es un tema común a estas cuatro historias. ¿Infidelidad? Sí, en cierto modo, aunque también podríamos descubrir, en sus protagonistas, curiosidad, afán de vivir y un terco empeño en ser leales a sí mismos, aunque a veces sea de manera un tanto tortuosa.

La prosa de Boris es transparente y precisa, como los cristales de nieve. No hay frase al azar ni palabra fuera de lugar; no hay faceta que no guarde algún significado o despierte una sensación. Pero tras esta prosa impecable y estructurada laten personajes de carne y de sangre, con sus instintos, sus pasiones y sus sueños. Son personajes humanísimos en los que todo lector puede reconocerse en algún momento. Personajes que se mueven en un mundo frío y ajetreado, esparciendo o conteniendo su fuego interno. Sangre sobre nieve.

Cuando Manuel ―Boris, tal como lo conocemos entre compañeros de letras― me pidió que escribiera un prólogo a su libro sentí al mismo tiempo alegría, agradecimiento por la petición y temor de no estar a la altura. Es, de todos mis amigos escritores, uno de los que más admiro y respeto, no solo por su destreza con el lenguaje y su capacidad de crear personajes densos y verosímiles, sino porque es un caballero en todo el sentido de la palabra. Se respeta a sí mismo y respeta a los demás, sabe ser humilde y se deja aconsejar; también sabe ayudar a los demás a rectificar y a mejorar. Siempre abierto a aprender algo nuevo, actúa con reflexión y decisión a la vez. Es una gran persona, en la vida y en la literatura, y esto es algo valiosísimo de encontrar.

Así que aquí van estas líneas introductorias, quizás un poco torpes, un poco caóticas, más intuitivas que racionales, sesgadas por mi amistad y por el gusto con que leo sus relatos, pero no menos ciertas. ¿Qué puedo añadir?

Que si un buen cuento es aquel que estalla en nuestra conciencia como un rayo súbito, rasgando el velo de la realidad y abriendo ante nosotros el atisbo de otro escenario insólito, los cuentos de Boris son así.

Que si un buen relato es aquel que nos atrapa y nos empuja, sin soltarnos, a seguir leyendo sin parar hasta llegar al final, las historias de Boris son así.

Que si el artista no es tanto aquel que crea belleza, como el que la halla en el mundo que le rodea, Boris es un consumado explorador que sabe encontrarla en los lugares más insospechados y cotidianos.

Que si la buena literatura es aquella que evoca, impresiona y despierta interrogantes más que da respuestas, y todo ello lo consigue a través de una palabra limpia, fluida, que se desliza con suavidad y a la vez con la fuerza de un caudal profundo, leyendo este libro estamos, sin duda, ante literatura de la buena.

Montse de Paz
1 enero de 2013

miércoles, 9 de enero de 2013

Ciudad sin estrellas. Premio Minotauro 2011

"Ziénaga es un lugar perfecto y seguro. Aislada, protegida y autoabastecida, la ciudad brinda a sus habitantes todo tipo de comodidades y placeres. Es un paraíso de cemento y neón, bajoun cielo invariablemente gris durante el día y anaranjado por la noche.Pero en los foros de los cazadores de antigüedades se habla de otro mundo fuera de los muros de la ciudad. Un mundo muy diferente al de las versiones oficiales, según las cuales un desierto inhóspito rodea las escasas zonas habitables del planeta. Sin embargo, las autoridades estatales se apresuran a sofocar estos rumores y los llamados «misticoides» son considerados rebeldes y castigados por el sistema.Un atardecer, a la hora entreluz, mientras se dirige con sus amigos al burdel de lujo más afamado de la metrópoli, Perseo Stone tomará una decisión. Espoleado por el recuerdo de su madre, condenada por ser una rebelde, decidirá desafiar el sistema para averiguar que hay más allá de los límites de la ciudad. Para ello llevará a cabo un plan insólito que hará tambalear todo su mundo."

Un libro interesante, ameno y de escritura impecable

No soy muy aficionado a leer novelas premiadas, pero esta vez creo que el Premio Minotauro 2011, para novelas de ciencia ficción y literatura fantástica, fue concedido con acierto y justicia al libro Ciudad sin estrellas, de Montse de Paz. Me ha gustado por varias razones:
Primera, porque la novela está escrita de manera impecable, con claridad, mucho diálogo y una caracterización de los personajes (Perseo, Zack, Amanda, Jason, Jack Stone…) plasmada con pinceladas precisas, lo que facilita la lectura.
Segunda, por una interesante trama, ambientada en un mundo futuro, tecnológico y hedonista, constituido por zonas B o biozonas, espacios cerrados en que se convierte el planeta luego de una hecatombe nuclear. Perseo, el protagonista de la historia, que habita en una de las zonas B, llamada Ziénaga, llevado por su inconformismo busca otro mundo superviviente más allá de los límites de Ziénaga del que le habló su madre, y donde está prohibido acceder.
Tercera, porque nos describe un mundo tan creíble, luego de la catástrofe de Chernóbil, que parece que nos espera a la vuelta de la esquina.
He disfrutado mucho de una lectura fácil y placentera. Un libro que recomiendo sin reservas.
Si deseas leerlo, puedes encontralo en este enlace 

Manuel Navarro Seva
Madrid, 8 de enero de 2013