viernes, 27 de junio de 2014

Notas sobre San Petersburgo (V). Los palacios de verano (I)


Peterhof. Vista panorámica de las fuentes y el canal desde la terraza del Palacio. (Licencia CC. Foto de Ph. Hienstorfer)
Los cinco palacios más importantes que usaban los zares como residencia de verano, situados a las afueras de San Petersburgo, son Peterhof, Tsárskoye Seló, Pávlovsk, Oranienbaum y Gátchina.

En una visita a San Petersburgo de cuatro o cinco días es obligado reservar unas cinco horas para ver uno de estos palacios y poder descubrir el esplendor de la época de los zares y el lujo de las ceremonias cortesanas de Pedro I, Catalina I, Isabel I o Catalina II.

Si tuviera que elegir iría a Peterhof por el espectáculo del agua, los jardines, las fuentes y el Palacio.
Como ya estuve dos veces en Peterhof (mayo y junio de 2002), como indico en mi libro Nevsky prospekt. Diario de un expatriado, esta vez mi mujer y yo nos decidimos por el palacio de Catalina, del que hablaré en una próxima entrada a este blog.

Peterhof

El conjunto de palacios, fuentes, cascadas, jardines y esculturas decorativas, construido por Pedro el Grande, se encuentra en la ciudad de Peterhof (en alemán: corte real de Pedro) junto a la orilla meridional del golfo de Finlandia, a 29 km de San Petersburgo.

Peterhof. Vista aérea. Palacio y parques superior e inferior (Licencia CC, web Megaconstrucciones)

Este conjunto más el centro histórico de Peterhof fue declarado por la UNESCO patrimonio de la humanidad

Comenzó a construirse en mayo de 1714 siguiendo el modelo de la residencia de los reyes franceses, de ahí que se le llame el Versalles ruso. Pedro I encargó el proyecto y la construcción al arquitecto francés Le blond. Al terminar las obras, en agosto de 1723 fue inaugurado oficialmente. Isabel I encargó un primer proyecto de ampliación a Bartolomé Rastrelli. Después, a lo largo de los años, fue  ampliado y enriquecido por los mejores maestros de fuentes, arquitectos, ingenieros, jardineros y escultores europeos y rusos.

Además del Gran Palacio hay otros palacios más pequeños como Monplaisir, Cottage, Marly, Hermitage, Pabellón de Catalina y Pabellón de Baños. 

Dispone de un sistema hidráulico único que permite el funcionamiento permanente de más de ciento cincuenta fuentes. Utiliza el agua de los manantiales de las colinas de Ropsha mediante conducciones, esclusas y un canal que desemboca en el golfo de Finlandia, lo que permite el funcionamiento de las fuentes utilizando la fuerza de la gravedad. 

Hasta la revolución de octubre de 1917 fue residencia de los zares. En 1918 se transformó en museo. Lamentablemente, durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupado por los alemanes que lo destruyeron y saquearon, aunque parte de los objetos de arte fueron evacuados antes de la llegada de las tropas nazis. La reconstrucción se llevó a cabo después de la Guerra durante muchos años. 


Peterhof. La Gran Cascada y fuente de Sanson (foto de Manuel Navarro, 2002) 



Peterhof. Fachada del Gran Palacio y Gran Cascada (foto de dominio público)
Peterhof. Detalle del Parque  inferior (foto de Manuel Navarro, 2002) 
Peterhof. Salón del Trono (licencia CC, web Megaconstrucciones) 
Peterhof. Gran Sala de Baile (licencia CC, web Megaconstrucciones)

Peterhof. Sala China (licencia CC, web Megaconstrucciones)
Peterhof. Salón de banquetes (licencia CC, web Megaconstrucciones) 
Peterhof. Capilla Imperial (licencia CC, web Megaconstrucciones)


Datos prácticos. Está abierto al público desde finales de mayo hasta mediados de octubre, todos los días, excepto el Gran Palacio que cierra los lunes.

Se puede llegar en autobús público o contratando en el hotel un servicio de puerta a puerta con coche y conductor por unos 8000 rublos por persona o, como solución intermedia, un tour de cinco horas en autobús con guía turística en ruso o inglés, incluidas las entradas, por un precio total de unos 2000 rublos. Diversas empresas ofrecen este servicio en los aledaños de los almacenes Gostiny Dvor, en la avenida Nevsky. También se puede ir en barco, desde el malecón del Neva, enfrente del museo Hermitage.

El cambio estaba a 45 o 46 rublos por 1 euro. Yo solía dividir por 100 la cantidad de rublos y multiplicar por dos para saber cuántos euros aproximadamente me costaban las cosas.
Puedes cambiar euros al llegar al aeropuerto, en el hotel o en la calle, las 24 horas del día.

Autobuses para los palacios de verano (foto de Manuel Navaro)

Notas sobre San Petersburgo (IV). Dostoievski (II)

El museo de Dostoievski muestra la vivienda, fielmente reconstruida, de seis habitaciones, donde vivió el escritor de alquiler desde 1878 hasta su muerte el 9 de febrero de 1881.

Fachada de la casa-museo con placa de Dostoievski (foto de Manuel Navarro) 

Dirección: Kuznechny peréulok (callejón de los herreros) (foto de Manuel Navarro)

Dostoievski se mudó a este apartamento con su segunda esposa Anna Grigórievna, su hija Liubov y su hijo Fiódor en octubre de 1878, huyendo de la casa donde había muerto de epilepsia (enfermedad que heredó de su padre) su cuarto hijo, el pequeño Liosha, suceso que tanto atormentó al autor de Crimen y Castigo.

En 1868 murió su primera hija, Sonia, tres meses después de nacer, durante uno de sus viajes con su joven esposa, Anna, por Europa huyendo de sus acreedores, pérdida que también lo sumió en un profundo dolor.

F. M. Dostoievski fue un padre cariñoso con sus hijos, a los que leía cuentos con frecuencia, quizás porque él sufrió una infancia triste, educado por un padre autoritario. El cariño de su madre enferma fue un refugio que le duró poco, pues murió prematuramente. A su muerte, su padre se convirtió en un alcohólico y lo envió con diecisiete años a la Academia Militar de San Petersburgo a estudiar Ingeniería, estudios que acabó pero que como no le gustaban se dedicó a la literatura.

Contaba 20 años cuando escribió su primera novela Pobres gentes, que le dio cierta notoriedad, pero sus obras posteriores no tuvieron ninguna repercusión hasta que publicó Recuerdos de la casa de los muertos (1861) y Memorias del subsuelo (1864), libros en los que narra su experiencia en Siberia donde fue deportado después de haber sido indultado de la pena capital por conspirar con grupos liberales y revolucionarios contra el zar Nicolás I.


Sombrero que perteneció a F.M. Dostoievski (foto de Manuel Navarro)

Cigarrillos de la marca Laferme que fumaba F.M. Dostoievski (foto de Manuel Navarro) 

Estudio del escritor  (foto de Manuel Navarro) 

En 1857 se casó con María Dmitrievna Isáieva, una viuda pobre y enferma de tuberculosis. El 1864 fue un año trágico para el escritor, perdió a su mujer y a su hermano Mijail con el que estaba muy unido.

En 1866 contrajo matrimonio con su secretaria particular, Anna Grigórievna, veinticinco años más joven que él. Mujer activa y buena administradora que organizó las finanzas del escritor y puso algo de orden en su trastornada vida. Publicó El jugador (1866) y Crimen y castigo (1866), novelas que lo consagraron como uno de los mayores genios de la literatura. Luego vendrían obras como El idiota (1868) y Los endemoniados (1872).

Foto de 1876 (foto de dominio público)

Se conservan pocos objetos personales del escritor. Sobre el escritorio de su despacho: su pluma, posiblemente la que usó para escribir su última novela, Los hermanos Karamazov, los cigarrillos que fumaba, especialmente por la noche cuando escribía febrilmente, a pesar de que el médico le había prohibido el tabaco por su enfisema pulmonar; un reloj de escritorio cuyas agujas están paradas a las 8:38 de la noche (reloj que vi en mi primera visita hace doce años pero no encontré en esta ocasión), momento en que falleció el escritor, poco antes de cumplir 60 años.
Sobre una mesita auxiliar hay un sombrero del autor.
En el cuarto de los niños, un caballo de madera, el libro de cuentos infantiles y una muñeca.
Comedor (foto de Manuel Navarro) 

Escritorio de Anna Grigórievna. Sobre la mesa, un fragmento del 5.º capítulo de "Los hermanos Karamazov" escrito a mano con notas de Anna. Arriba, fotografía de Dostoievski de 1880 (foto de Manuel Navarro) 

Fotos familiares (foto de Manuel Navarro) 

Fotos familiares (foto de Manuel Navarro) 

Foto de Dostoievski (foto de Manuel Navarro) 
Habitación de los niños (foto de Manuel Navarro) 

Lavamanos (foto de Manuel Navarro) 
En noviembre de 1880 terminó su última novela, Los hermanos karamazov, una de las obras maestras de la literatura universal, que condensa sus análisis psicológicos y sus puntos de vista filosóficos.

El 9 de febrero de 1881 murió de una hemorragia pulmonar debida al enfisema que padecía.

Está enterrado en el singular cementerio Tijvin, a la entrada al monasterio de Alexander Nevsky, junto a personajes célebres como Mussorgski, Borodin, Tchaikovski y Glinka, entre otros.

Tumba de Dostoievski en el cementerio Tijvin (foto de P. Muñiz)        

En la planta baja del museo puede visitarse una exposición dedicada a la vida y obra del autor, donde se exponen documentos, fotografías, etcétera, y hay un cuaderno de visitas donde escribí una nota y estampé mi firma.


martes, 24 de junio de 2014

Notas sobre San Petersburgo (III). Dostoievski (I)

Fiódor Mijailovich Dostoievski nació en Moscú el 11 de noviembre de 1821. Vivió en una veintena de casas de San Petersburgo. Prefería las zonas cercanas a las plazas Sennaya (plaza del heno) y Vladimirskaya (de Vladimir), casas que hicieran esquina y tuvieran vistas a una iglesia. 

El apartamento donde el autor pasó sus últimos años y donde murió está situado en la esquina entre el Kuznechny pereúlok (callejón de los Herreros) y la actual calle de Dostoievski, en la zona de la plaza Vladimirskaya, a poca distancia de la Avenida Nevsky (del Neva), a unos cinco minutos caminando hacia el sur por la avenida Vladimirsky. También se puede acceder a dicha plaza en Metro hasta la estación Vladimirskaya.

Conviene visitar los alrededores de esta plaza donde encontraremos una escultura de Dostoievski en la que aparece el autor sentado con las manos entrelazadas sobre las piernas cruzadas, la catedral de Nuestra Señora de Vladimir, que domina la plaza, destaca por sus cúpulas negras y se puede ver desde las ventanas de la casa-museo como le gustaba al escritor de Crimen y Castigo; y el tradicional y pintoresco mercado Kuznechny.

Muchos de sus personajes vivieron en casas de San Petersburgo y caminaron por sus calles y plazas. Raskólnicov mató a la anciana prestamista en el número 104 de la Naberezhnaya Kanala Griboedova (malecón del canal Griboedov), lugar por el que daremos un paseo en otra ocasión.



Estación de Metro de la plaza Vladimirskaya
Estatua de Dostoievski cerca de la plaza Vladimirskaya

Iglesia de Nuestra Señora de Vladimir
Vendedoras a las puertas del mercado Kuznechny

La catedral de Nuestra Señora de Vladimir es una catedral ortodoxa dedicada al culto. La construyó Trezzini en 1761 y en 1783 Quarenghi encargó la construcción del campanario. Cerrada durante el régimen soviético, reabrió sus puertas en 1990.
Posee gran cantidad de iconos entre los que cabe destacar el de la Virgen de Vladimir (copia), de gran popularidad en Rusia, virgen a la que se ha llamado la "madre de Rusia".

 Dostoievski fue feligrés de esta iglesia.

Vendedoras a las puertas del mercado Kuznechny

Mercado Kuznechny. Quesos

Mercado Kuznechny. Frutas

Mercado Kuznechny. Carne
El mercado Kuznechny está en el mismo callejón de los Herreros que la casa-museo de Dostoievsky. Es un mercado de alimentación que como se observa en las fotos ofrece quesos, frutas, verduras, carnes, pescado... Cuando lo visité por primera vez en 2003 había más compradores que en esta ocasión. No creo que la razón se deba a que hayan subido los precios o los productos tengan ahora peor calidad que entonces. Tal vez habría que buscarla en la competencia. Enfrente de la catedral está el centro comercial Vladimirsky Passage, en cuyo sótano hay un gran supermercado muy completo.

En los aledaños del mercado Kuznechny hay vendedores de flores, frutas, verduras..., en cantidades pequeñas, que hacen a su vez la competencia al mercado y consiguen unos rublos con que poder subsistir.

En la próxima entrada al blog seguiremos hablando de Dostoievski y de su última casa en San Petersburgo, hoy reconstruída y convertida en museo.


Mercado Kuznechny. pescados
Mercado Kuznechny. Vista general



© Las fotos son de Juana Vidal y Manuel Navarro.

domingo, 22 de junio de 2014

El hámster

Sinopsis:

Once relatos breves.
Los temas se centran, en especial, en el origen y en las relaciones de pareja. 
Los personajes son ficticios, pero viven en un mundo real y cotidiano en el que sufren o son felices, gozan de la amistad o el amor, toman el autobús, cocinan, aman, odian, duermen, hacen el amor y mueren. Hablan desde sus propios puntos de vista. 

El libro lo he presentado al  1.er CONCURSO LITERARIO ONLINE AUTORES INDIES de Amazon-El Mundo, en el que las valoraciones de los lectores y las ventas cuentan. 

Punto de venta en este enlace.  

Esta es la portada, diseñada por Ernesto Valdés. 


sábado, 21 de junio de 2014

Notas sobre San Petersburgo (II). Lenin

En el aeropuerto de Pulkovo, del que hablaré en otro momento, nos esperaba Alexei, el chofer que contratamos desde Madrid. Llevaba un folio con mi nombre y apellidos escritos en él. Alexei, de 42 años y un hijo de 20, hablaba español, lo estudiaba y había estado varias veces en España. Un tipo simpático y amable. Nos ayudó con las maletas y nos condujo hasta el aparcamiento donde había dejado el coche.

Camino hacia el hotel por la avenida de Moscú —Moskovsky prospekt, la avenida más larga de San Petersburgo con edificios construidos en la época stalinista— nos encontramos de súbito con la plaza de Moscú —Moscovskaya ploshchad, la plaza más grande de San Petersburgo— dominada por una enorme estatua de Lenin, delante de la Casa de los Soviets, edificio concebido como sede del Gobierno de Leningrado aunque nunca llegó a usarse para ese fin. 


Lenin en la plaza de Moscú (foto de Manuel Navarro)
Detalle de la avenida de Moscú (foto de Manuel Navarro)

Hice la foto de la estatua desde el coche y le pregunté a Alexei si sabía cuántas estatuas del líder soviético quedaban en San Petersburgo. Él creía que tres pero no estaba muy seguro. Luego añadió: «No se sabe cuántas estatuas de Lenin se levantaron en Rusia durante el periodo soviético. Sin embargo, hoy, después de muchos desmantelamientos, se dice que hay más de 6000, sin contar las existentes en otros países de la antigua URSS, en Cuba, en USA o en países de Europa y Asia, además de los bustos y otras expresiones artísticas en honor del líder bolchevique. En Rusia hay también más de 7000 calles que llevan su nombre, aunque este número va decreciendo paulatinamente».

En San Petersburgo además del Lenin de la plaza de Moscú pude fotografiar otra estatua que encontré delante del Instituto Smolny

Lenin delante del Instituto Smolny (foto de Manuel Navarro) 
Había una tercera en la plaza de la estación de Finlandia, pero en abril del 2009 sufrió un atentado con bomba y hubo de ser desmontada para su reparación. Ignoro si se ha devuelto a su sitio.
Lenin en la estación de Finlandia (foto de RT)
Alexei comentó que «Lenin fue un hombre muy relevante para la Unión Soviética y la propagación internacional de los puntos de vista del marxismo-leninismo, un líder cuyo gobierno mejoró las condiciones de trabajo y de vida de la clase obrera, aunque sus detractores aseguran que fue un dictador responsable de numerosas violaciones de los derechos humanos». En eso llegamos a nuestro hotel y quedamos con él para la recogida de vuelta a Pulkovo el 16. Por la noche, en la habitación del hotel Radisson, estuve leyendo en la tablet sobre Vladimir Ilich Ulianov, o sea, Lenin, hasta que me dormí.

jueves, 19 de junio de 2014

Notas de San Petersburgo (I)

Entre los años 2002 y 2003 estuve viviendo en San Petersburgo por razones de trabajo alrededor de un año. Aquella experiencia, que me marcó por diferentes motivos, la conté en un libro de título Nevsky prospekt (Avenida Nevsky) en el cual, a modo de diario, fui narrando mis impresiones sobre la ciudad del Neva y algunas de mis vivencias. El libro todavía puede adquirirse en Amazon en formato Kindle. Desde entonces tenía ganas de volver y lo he hecho acompañado por mi esposa.

Durante los seis días intensos —del 11 al 16 de junio— que ha durado el viaje, en los que ha sido preciso administrar el tiempo y priorizar los sitios a visitar, hemos disfrutado de una ciudad que ha cambiado mucho, para bien. Hoy día San Petersburgo es una ciudad mucho más europea que entonces y lo único que habría que anotar como negativo (o positivo, según se mire) es que la afluencia de turistas es mucho mayor, y eso se nota en especial en las largas colas que hay que soportar para acceder al museo Hermitage, al palacio de Catalina (Tsárskoye Seló) o al palacio y jardines de Peterhof. Dentro del Hermitage es difícil deambular por las salas y acercarse a ver los cuadros más famosos.

El aeropuerto Pulkovo, los transportes (tanto autobuses como taxis y metro), los restaurantes, los hoteles o las fachadas de los edificios han mejorado y la ciudad está mucho más limpia. Eso sí, los precios han subido, aunque siguen siendo asequibles, y el rublo ha bajado. En estos días el euro se cambiaba por 45 rublos. El cambio en aquellos años era de 35, con las oscilaciones del mercado.

En los próximos días compartiré en este blog algunas de las notas y fotos que hemos ido tomando en este viaje.    

Río Fontanka 

Puente Anichkov
   
Avenida Nevsky 
Fotos de Juana Vidal tomadas en el viaje.


lunes, 9 de junio de 2014

Reseña sobre «El asesino del ajedrez»

Sinopsis de Amazon: 


«Un asesino en serie asola Barcelona y hace del característico barrio de El Ensanche su particular tablero. Elige sus víctimas por la profesión y juega una enloquecedora partida que se inicia con la muerte de un cabo de la Guardia Urbana, asimilado a un alfil. ¿Quién será el rey? 

La policía descubre su juego pero él consigue burlar los controles hasta que la partida sufre un giro inesperado que amenaza a una persona muy vinculada a los investigadores. ¿Quién conseguirá dar el jaque mate?»

Opinión:


Novela con una trama original sobre un asesino en serie que utiliza parte de la ciudad de Barcelona como tablero de ajedrez en el que juega su criminal partida; unos personajes bien construidos, en especial, Ramona Cano, mujer policía que vive para su trabajo y mantiene una relación familiar distante o conflictiva con su madre y su hijo, y Silvana, una psicóloga y amiga de la inspectora Cano que ayuda a nuestra protagonista en los momentos bajos con el mate y sus consejos.

La historia está bien contada en cuanto a la trama policíaca, donde se aprecia un buen trabajo de documentación que le da verosimilitud, mantiene el interés y profundiza en el perfil psicológico del asesino y en las relaciones humanas de los personajes, a través de su cotidianidad.
Una novela que entretiene y hará disfrutar, en particular, a los amantes del género policíaca y suspense.  

Punto de venta para kindle y en papel en este enlace.

jueves, 5 de junio de 2014

Nevsky prospekt

Hace 12 años —parece un siglo—  estuve en San Petersburgo y recuerdo la ciudad como si hubiera estado ayer. Claro, es una ciudad misteriosa y bella, una ciudad difícil de olvidar. Pero por si se me borraba de la memoria escribí mi experiencia de aquel viaje, que duró un año, en un libro muy personal, un diario.

En breve volveré a visitar los lugares que solía frecuentar y que seguramente habrán cambiado, tal vez ya no exista el restaurante Vinarium, o el Mama Roma, pero sí encontraré el Hermitage, el hotel Radisson, el Fontanka, el Moika, el ancho Neva... Volveré a Madrid con fotos y más recuerdos y los compartiré en este blog.

Les dejo un pequeño fragmento de aquel viaje:

 «El sábado, 25 de mayo, la Nevsky prospekt era un hervidero. Salí del hotel y me encontré rodeado de una masa de gente que miraba a los músicos avanzar en formación en dirección al Almirantazgo, al ritmo de las marchas musicales que interpretaban. Era algo espectacular. Pregunté a un hombre el porqué del desfile, y me dijo:
—Mañana se celebra el día de la ciudad; habrá otro desfile conmemorativo. Con este acto comienza el período de las noches blancas.
Sobre el fenómeno de las noches blancas había leído que, debido a la posición geográfica de San Petersburgo, el sol no se ponía por completo, de manera que no se hacía de noche». 

Pueden encontrar este libro en Amazon.