Blanca Miosi sorprende una vez más por su versatilidad. Es
capaz de escribir sobre cualquier tema con un estilo muy personal, y reconocible.
He leído casi todas sus obras y nunca me ha decepcionado. No en vano goza del
favor del público que la ha llevado siempre a lo más alto de las listas de
ventas.
En esta ocasión nos habla de terrorismo islamista, de Al Qaeda
y del tristemente famoso Estado Islámico. Lo hace situando la historia en
países tan diferentes como Afganistán, Pakistán, Quatar, EEUU, Inglaterra,
Perú, Canadá y Venezuela, y maneja una jerga administrativa repleta de siglas,
departamentos, ¡la CIA!, militares, cargos políticos y de seguridad, células
terroristas, etcétera, con una soltura imposible de conseguir sin un buen
trabajo de documentación.
La trama está muy bien tejida, narrada con detalle y buena
prosa, cuidada y limpia. Hay escenas de acción trepidante sin faltar los
ingredientes del amor, el sexo, la bondad y la maldad, el bien y el mal,
encarnado este último en el terrorismo.
Los protagonistas principales son dos hermanos antagonistas,
kevin e Ian, educados en el mundo árabe. Conocen varios idiomas y tienen, entre
otras, dos especiales características: Kevin, un olfato extraordinario; Ian es
un auténtico autista. Dos hermanos muy distintos. El primero es un militar norteamericano
retirado, llamado para una misión en Pakistán: encontrar a su amigo Daniel
Contreras e infiltrarse entre los terroristas para descubrir qué atentado
importante están tramando. Ian trabaja para el Departamento de Estado. Las
chicas, Nasrim y Joanna juegan su papel tanto en el amor como en otras facetas
de la historia.
En fin, falta el final, pero eso deben descubrirlo los
lectores.
Una historia entretenida sobre un asunto muy actual como es
el terrorismo islamista.
A mí me ha gustado.
Manuel Navarro Seva
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