sábado, 8 de agosto de 2015

Aroma de vainilla


Es una novela excelente, de las que una vez te introduces en sus páginas sentirás tener que dejar, desearás que no acabe nunca; una obra que me hubiera gustado haber escrito yo.
Se trata de una saga familiar que comienza en las postrimerías del siglo xix y termina en los años sesenta del xx. Está dividida en tres partes y un epílogo. Y dedicada principalmente a la mujer y su mundo, al goce de los sentidos a través del olfato, el gusto y la vista. Hay escenas inolvidables, que se presentan ante los ojos del lector como una secuencia cinematográfica.
Está ubicada en Murcia, Lorca y un pueblo de la provincia murciana cuyo nombre no se menciona.

La primera parte narra las vicisitudes del matrimonio entre Julia Abellán y Segundo Ortega. Ella es una mujer de carácter fuerte, con un orgullo desmedido; Él, un hombre bueno, capaz de soportar por amor la incomprensión de su esposa; es un experto en plantas, especias, condimentos e infusiones, y emite un olor característico que atrae a Julia, un aroma que da título a la novela y heredarán su hija Mercedes y su nieta Berta. Personajes importantes que aparecen en esta parte son, entre otros: don Segismundo, la criada Brígida, la prostituta Regina, Irene y el Indio.  

La segunda y tercera parte cuentan la historia de Mercedes, hija del matrimonio Ortega-Abellán. Con dieciséis años se emancipa y se va a vivir a Lorca, donde encuentra a Regina (la Echá Palante) y consigue un empleo como ayudante de cocina en el prostíbulo de la Viciosa. Conocerá a Félix Gutiérrez, un periodista liberal que le transmitirá el amor por los libros. Vivirá con él en Murcia, y tendrán una hija, Berta. Es la época de la Guerra Civil y la posguerra con sus secuelas de miseria, odios y asesinatos por venganza. Mercedes y Berta se verán obligadas a volver a la casa familiar en el pueblo, donde han acontecido cambios importantes en la familia. Otros personajes que se presentan en estas dos partes son: Martín y Gabriel (ambos de la familia del Indio), Gregorio y Alicia, entre otros.

El epílogo es una reflexión de Mercedes sobre la vida, el valor de encararla con decisión, y con la esperanza de que el destino y la fortuna puedan aparecer en cualquier momento.

La novela está narrada por Mercedes, que conoce los secretos de la familia a través de su padre, don Segundo. Está escrita con un lenguaje cuidado, rico y fluido, que te envuelve y te lleva suavemente hasta el final. Utiliza un vocabulario amplio y acorde con el tiempo narrativo. Palabras que me han evocado mi infancia como: rustidera, fresquera, paparajotes, zarangollo, zarcillos, y otras muchas que hoy están en desuso. La autora utiliza con profusión y precisión el adjetivo, dando vigor al nombre y claridad a la frase. Los cambios narrativos espaciotemporales, en especial en la primera parte, están ejecutados con suavidad y maestría, de manera que el lector no llegará a notarlos, o, al menos, no significarán ningún tropiezo en la lectura y comprensión del texto.
Las descripciones de los sentimientos, afanes, manías, intereses, aficiones y fantasías de los personajes están descritos de manera espléndida, y consiguen que el lector se sienta partícipe de la trama como si fuera un personaje más de la novela.

Es una novela redonda que he disfrutado desde la primera página hasta el final. La autora sabe manejar admirablemente el lenguaje, por eso y por el interés que despierta la historia recomiendo la lectura de esta obra. De momento ya tengo su nueva novela, Diario de una fuga, en mi Kindle.

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4 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me he quedado sin palabras, Manuel. Solo me sale un «gracias», una y un millón de veces.
Es una reseña completísima que ha captado íntegramente el espíritu de la novela.
¿Qué más decirte? Ya te he comentado que me he quedado sin palabras. Y tampoco debo ser yo quien hable sobre «Aroma de vainilla».
¡Me agrada tanto que te haya gustado…!
Un abrazo y reitero las gracias.

Tramos dijo...

Tu descripción es una joya de esa libro que prácticamente me se de memoria, la autora consiguió implicarme de tal forma que forma parte de mi historia y es por supuesto ese libro que vuelvo a leer por deleitarme de nuevo y por aquellos puntos que se me pudieron escapar...
Magnífico insusto en tu presentación para tan buena obra.

Besos

tRamos

Manuel Navarro Seva dijo...

Gracias a ti, Isabel, por escribir tan bello libro.
Un abrazo,

Manuel Navarro Seva dijo...

Gracias, Tramos Romero.
Besos,