martes, 8 de diciembre de 2015

Curiosidad

Imagen tomada de la web INED21
El tren se deslizaba monótono. La señora de enfrente me observaba con disimulo. Entonces me di cuenta de que no llevaba puestas las gafas de sol, pero no pude encontrarlas en el bolsillo donde las guardo. Cerró el libro que estaba leyendo, me miró y dijo: «Perdone, un accidente de coche, ¿verdad?». «¡No!», dije yo. Y ella: «Entonces, ¿de nacimiento?». «No, tampoco». Se encogió de hombros y volvió a la lectura. Al cabo de unos minutos me miró de nuevo, radiante, y afirmó: «Ya sé, lo perdió en una pelea». «No, no fue así», dije, mientras lo sacaba de la cajita y me lo colocaba en la cuenca vacía. Ella movió la cabeza, se levantó del asiento y salió al pasillo.

©Manuel Navarro Seva

Madrid, octubre de 2010

6 comentarios:

San dijo...

Se quedó con las ganas de saber...Muy bueno ese final, si señor.
Un abrazo y mis deseos de felicidad en estos días de encuentros familiares.

Manuel Navarro Seva dijo...

Gracias, San. Me alegra que te guste el final.
Os deseo también unas felices fiestas de Navidad y Año Nuevo que están a la vuelta de la esquina.
Un abrazo,
Manuel

Edgardo Benìtez dijo...

Gusto leerte de nuevo, Boris.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Truculento y efectivo. Da hasta dentera, jeje, señal de que es bueno.
Muchos abrazos y nuestros mejores deseos para vosotros en las fiestas navideñas.

Manuel Navarro Seva dijo...

Gracias, Edgardo.
Un abrazo,
Manuel

Manuel Navarro Seva dijo...

Gracias, Isabel.
Un abrazo y felices fiestas también para vosotros.
Manuel