jueves, 23 de junio de 2016

Notas sobre Polonia (VI). Sexto día: Minas de Wieliczka y Cracovia

27.5.2016. Sexto día.

Cracovia se encuentra a unos setenta km de Auschwitz. Terminada la visita al campo de concentración, el autobús nos trasladó hasta nuestro hotel en Cracovia, el Novotel, algo más alejado del centro que los otros hoteles en los que nos hemos alojado durante este viaje. Después de la cena tomamos un taxi —precios asequibles— hasta la plaza Mayor donde nos acomodamos en una de las terrazas que rodean la amplia plaza y pedimos un chupito de soplica que bebimos a sorbos mientras contemplábamos el paso de los carruajes blancos tirados por caballos. La noche era fresca y no venía mal ubicarse junto a una de esas estufas que tienen forma de seta. Después de un agradable recorrido por la plaza Mayor y de obtener algunas fotos nos retiramos al hotel para descansar unas horas.

Torre del ayuntamiento en la plaza mayor

Lonja de los paños en la plaza Mayor



Vista nocturna de la plaza Mayor
Basílica gótica de santa María en la plaza mayor

























Minas de Wieliczka

El despertador sonó a las 6.30 como de costumbre, con el objeto de aprovechar el tiempo al máximo y evitar las largas colas a la entrada de las minas de Wieliczka, lugar que se halla a 10 km del centro de Cracovia, a donde nos dirigíamos. 
Las minas de sal de Wieliczka comenzaron a explotarse en el siglo XIII y aún hoy se sigue obteniendo sal de mesa pero en cantidades muy inferiores al pasado. Es uno de lugares más visitados de Polonia. En el año 2015 tuvo más de 1,5 millones de visitantes.  

Nuestro guía local y la acompañante minera

Acompañados por nuestro guía local y una joven minera, que nos fue asignada por motivos de seguridad, como a todos los grupos, iniciamos el descenso por una escalera de madera de 380 peldaños hasta el inicio de la ruta situado a una profundidad de 64 m. Un entramado de grandes troncos sostiene las bóvedas más altas, de hasta 50 m de altura, y los túneles, construidos durante siglos, por donde transcurre la visita. El recorrido está bien iluminado y dispone de aire acondicionado que mantiene una temperatura constante y agradable.
Todo el conjunto es un parque de atracciones subterráneo que dispone de tiendas, cafeterías y restaurante.

Troncos de madera de uno de los túneles
Detalle de una galería




Escultura de sal
Figuras de obreros en la mina









Entramado de troncos en un túnel




Un recorrido de 3,5 km por un total de 22 salas y lagos subterráneos constituyen la visita que se desarrolla a lo largo de túneles y galerías, algunas de dimensiones extraordinarias, en las que pueden contemplarse esculturas y bajorrelieves realizados por los mineros en las rocas de sal, recreaciones de los dispositivos mecánicos que utilizaban para extraer los bloques de sal, figuras humanas y caballos con los que se ayudaban para extraer el mineral. 


Capilla de santa Kinga

La sala más conocida es la capilla de santa Kinga excavada a una profundidad de 101 m. Mide 54 m de larga y fue construida por varios mineros en 1896. Todo está tallado en sal, incluso los cristales que forman las cuatro arañas que cuelgan del techo. 





Al final de la visita regresamos a la superficie en ascensor, en grupos reducidos. Dentro de la cabina alguna persona puede sentirse incómoda si padece de claustrofobia. 
Merece la pena visitar este impresionante lugar declarado por la UNESCO en 1987 patrimonio de la Humanidad.
Volvimos al autobús para regresar a Cracovia donde realizamos una visita guiada a la ciudad y más tarde almorzamos en un restaurante situado en la plaza Mayor. Después del almuerzo tuvimos tiempo libre.

Cracovia
Es la capital de la zona administrativa o voivodato  de Pequeña Polonia. Con 760 000 habitantes es la segunda ciudad más poblada de Polonia, después de Varsovia. Es una de las ciudades más bellas del mundo. La ciudad vieja posee edificios notables de arquitectura renacentista, gótica y barroca. Los más destacados de la ciudad son el Castillo Real y la catedral en Wawel, colina de 228 m de altura situada en la margen izquierda del Vístula. Otros lugares de interés turístico son la ciudad medieval, la plaza del Mercado —la más grande de Europa con 200 m de lado—, el barrio judío..., y 28 museos.

Vista de una de las calles en Cracovia 

 Torre del ayuntamiento en la plaza Mayor

Castillo de Wawel

Vista del río Vístula desde Wawel

Vista del castillo

Vista de la catedral con su cúpula dorada
Claustro porticado de la residencia real
Al terminar la visita guiada con almuerzo en un restaurante de la plaza Mayor, sacamos algo de tiempo y fuerzas, que ya quedaban pocas, para acercarnos al barrio judío (kazimierz) donde estuvimos en la sinagoga Remuh, el cementerio y la calle Ancha con los restaurantes típicos en los que la música en vivo era uno de sus atractivos. 
No quedó tiempo para visitar la fábrica de Oskar Schindler, actualmente museo histórico sobre los años de la Segunda Guerra Mundial en Cracovia. Algunos sí fueron a verlo y comentaron que merecía la pena. Pero el tiempo y las fuerzas no son ilimitados. 

Sinagoga Remuh

Cementerio judío
Restaurante en la calle Ancha



viernes, 17 de junio de 2016

Notas sobre Polonia (V). Quinto día: Wadowice y Auschwitz

26.5.2016. Quinto día. El recorrido en autobús fue de 315 km: Wroclaw - Wadowice - Auschwitz - Cracovia. 

Wadowice
Salida de Wroclaw a las 8.00 desde el hotel, con la maleta. Destino: Wadowice, ciudad natal de Juan Pablo II. En el aparcamiento nos esperaba el guía local que nos habló de la historia del popular Papa y de la ciudad donde vivió hasta los 18 años. Sería el mismo guía quien nos acompañó a Auschwitz y, al día siguiente, a las minas de sal de Wieliczka, excursión opcional recomendada a la que todos decidimos apuntarnos.
El día fue algo más fresco que los anteriores y una lluvia fina nos obligó a desplegar el paraguas en algún momento.
Posando con mi esposa ante la estatua de Juan Pablo II

Iglesia de Santa María
Wadovice es una pequeña ciudad de casi 20 000 habitantes donde nació Karol Wojtila y vivió hasta los dieciocho años. A esta edad marchó a estudiar a la Universidad de Cracovia.
Está situada en el sur de Polonia muy cerca de Chequia y Eslovaquia, y a unos cincuenta km de Cracovia. Hay poco que ver en esta ciudad si exceptuamos la casa museo donde nació el pontífice, la basílica de Santa María, construida en el siglo XV, donde fue bautizado y donde se conserva en un relicario sangre del santo Papa, y, colgando en una pared del templo, el certificado de bautismo. A las puertas de la basílica nos hacemos la foto junto a la estatua del Papa, que preside la plaza, en la que se halla el colegio donde estudió de niño, actualmente es el ayuntamiento de la ciudad. En una pastelería de la misma plaza compramos las famosas milhojas de crema o  Kremówka que al parecer tanto le gustaban al joven Wojtyla.

Auschwitz
Después de la visita a la ciudad natal del santo Papa subimos al autobús, nos detuvimos para almorzar y después emprendimos viaje hacia los campos de concentración de Auschwitz, lugar tristemente famoso. Al llegar había muchísimos autobuses en el aparcamiento y numerosos grupos de personas esperando para realizar la visita. Todo estaba bien organizado. Nuestro guía obtuvo las entradas para el grupo con rapidez y, una vez superado el control de seguridad, una ayudante suya nos entregó a cada uno los auriculares y el receptor de audio inalámbrico para seguir las explicaciones de nuestro guía. Ella no nos perdió de vista en ningún momento por si alguien se despistaba, y nos prestó ayuda con los receptores cuando se la requirió.

Auschwitz, el mayor campo de exterminio nazi, estaba destinado inicialmente a intelectuales polacos. Los reclusos fueron utilizados como mano de obra. Se amplió más tarde para acoger a prisioneros de todas las nacionalidades, en su mayoría judíos procedentes de toda Europa con el objetivo de exterminarlos.
Fue abierto en 1940 por Himmler y dirigido por Rudolf Hess. El complejo constaba de tres partes Auschwitz (Auschwitz I), Birkenau (Auschwitz II) y Monowitz (Auschwitz III).
Actualmente solo pueden visitarse Auschwitz I, campo original y más tarde centro administrativo del complejo, y Birkenau, mucho mayor que Auschwitz I. Birkenau fue construido en 1941. A partir de 1942 se convirtió en el más grande de los campos de exterminio nazi.
Auschwitz y Birkenau son actualmente museos estatales administrados por el Gobierno polaco.

La visita a este lugar es sobrecogedora. Algunas personas no pudieron evitar el llanto.

Torre de vigilancia
Alambradas de Auschwitz I


Puerta de entrada a Auschwitz I









En la puerta de entrada puede leerse el irónico lema «Arbeit macht frei» (el trabajo hace libres). Los prisioneros tenían la creencia de que en algún momento podrían salir de allí, no sabían lo que les esperaba.
En la foto, después de la puerta de entrada, vemos los pabellones alineados donde se alojaban los prisioneros del campo de Auschwitz I.





Bloque 4. Cámara de exterminio

El bloque número 4 estaba reservado para exterminar a prisioneros. Auschwitz I era principalmente un campo de trabajo, pero se produjeron cientos de asesinatos mediante inyecciones letales de fenol, cámaras de gas, fusilamientos o hambre (la dieta era muy escasa, minaba la salud de los prisioneros hasta el punto de que podían morir en tres meses).



El gas utilizado en las cámaras era ácido cianhídrico, o Zyclón B, que se evaporaba a la temperatura del cuerpo humano en un espacio cerrado. Se introducía el ácido por agujeros en el techo o en las paredes de las cámaras de gas.


Envases usados de Zyclón B


El paredón negro
En este patio protegido por dos muros, entre los bloques 10 y 11, se encuentra el paredón pintado de negro donde fueron fusilados miles de presos que intentaron la fuga o estaban heridos. Sus cadáveres se llevaban en un camión hasta el crematorio.


Bloque 5. Pruebas de los crímenes 

En el bloque número 5 se exponen distintas muestras de los objetos que dejaron los prisioneros, tales como prótesis, utensilios de cocina, maletas y zapatos, gafas, utensilios de higiene personal, y ¡pelo!, toneladas de cabellos de mujer que se utilizaron en fábricas textiles para confeccionar telas. 
Aparatos ortopédicos
Utensilios de cocina
Maletas y zapatos
Utensilios de higiene personal

Cualquier persona que llegaba al campo con una discapacidad física era despojada de su prótesis y exterminada de inmediato.





Etiquetaban sus maletas con la falsa esperanza de que pronto las recuperarían. Muchos de los zapatos eran de niños que fueron exterminados de inmediato, no eran mano de obra útil.  



Vista exterior del crematorio
Vista interior del crematorio
Vista interior del crematorio












Las cenizas procedentes del crematorio fueron utilizadas como abono.



Birkenau
En este gran campo no se mantenían prisioneros como fuerza laboral, sino para su exterminio como parte de «la solución final». Aún se conservan, entrando a la derecha, los barracones de las mujeres, que estaban separados de los de los hombres. A la izquierda están los barracones de «la cuarentena», lugar donde se recluía a algunos prisioneros, después de superar la selección inicial, antes de asignarles una tarea en los otros campos. Al fondo del campo se encuentra la rampa de la muerte, desde la que los prisioneros al llegar en tren eran conducidos a las duchas y después de despojados de sus ropas y pertenencias, llevados directamente a las cámaras de gas.
Los cadáveres eran trasladados por los sonderkommandos (grupos especiales de prisioneros  judíos obligados a realizar esta labor) a los cuatro hornos crematorios que hoy están semidestruidos.


Entrada al campo de Birkenau

Barracón de letrinas
Vista interior de un barracón
Vista exterior de los barracones y torres de la alambrada

Algunos datos de interés:
— Durante la Segunda Guerra Mundial Polonia perdió a muchos de sus médicos, abogados, profesores, técnicos, periodistas y clero. Los nazis sabían que con ello sería más fácil el control del país.
— Los polacos no judíos sufrieron más de 100 000 muertes en Auschwitz.
— Antes de la invasión nazi vivían en Polonia tres millones de judíos. Después de la Segunda Guerra Mundial solo quedaron en todo el país unos 300 000, más tarde muchos de ellos fueron expulsados. — Varsovia era la ciudad del mundo, después de Nueva York, que más judíos tenía.
— Se estima que en Auschwitz estuvieron internadas un total de 1,3 millones de personas, de las que murieron 1,1 millones. El 90 % de ellos, es decir, aproximadamente un millón eran judíos.

Terminada la visita nos marchamos a Cracovia con el ánimo más bien bajo.

Continuará...

Referencias: Las informaciones que he utilizado tanto en esta entrada como en las otras, relativas a mi viaje a Polonia, las he obtenido principalmente de Wikipedia, guía de viajes Anaya y la página web https://lapoloniadelospolacos.com/2015/02/06/sabias-que/

martes, 14 de junio de 2016

Notas sobre Polonia (IV). Cuarto día (continuación). Wroclaw


Wroclaw (nombre que en polaco se escribe con 'l partida', que suena como una 'u': WROCŁAW. Se pronuncia, más o menos, como Vrósuav). 

Después del almuerzo en un restaurante céntrico de esta maravillosa ciudad, Elisabetta, nuestra guía, nos concedió tiempo libre para visitar un mercadillo artesanal junto a la plaza Mayor, tomar un café en una terraza al aire libre o descansar unos minutos en una de las hamacas de una playa improvisada en una esquina de la plaza. Yo hice las tres cosas.

Descanso en una playa instalada en la plaza Mayor

Terminado el tiempo libre nos reunimos todos en la plaza Mayor, junto a la fuente modernista, donde nos esperaban Elisabetta y el guía local, un polaco que hablaba un español fluido con acento mexicano, para contarnos un poco de la historia de Wroclaw e iniciar el recorrido por el casco antiguo de esta preciosa villa. 

Wroclaw es la cuarta ciudad de Polonia, con 632 000 habitantes, y la capital de la zona administrativa (o voivodato) de Baja Silesia. Está situada al sudoeste del país, cerca de Alemania y de la República Checa.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue parcialmente destruida, y reconstruida en la posguerra.
Estuvo bajo el dominio checo, austriaco y, finalmente, alemán hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Los acuerdos de Yalta y Potsdam entre los aliados permitieron a Polonia recuperar no solo Wroclaw sino toda la Silesia. Los habitantes alemanes fueron deportados a Alemania y durante la posguerra la ciudad fue repoblada con polacos por el régimen comunista.

Una vista de la plaza Mayor
Vista de la fuente en la plaza Mayor
La plaza Mayor o del Mercado es una de las más grandes de Europa y la segunda en extensión de Polonia, por detrás de la de Cracovia. 
En ella tienen cabida junto a edificios modernistas otros de estilo gótico y renacentista de llamativos colores, y el antiguo ayuntamiento, uno de los edificios más hermosos de Wroclaw


Detalle del antiguo ayuntamiento
Iglesia de Santa Isabel
La basílica de Santa Isabel se encuentra junto a la plaza Mayor. La fachada, como es habitual en Polonia, es de ladrillo rojo. 
Es una iglesia del siglo XIV que disponía de una torre de 130 metros de altura coronada por una aguja gótica. La torre quedó destruida en 1529 por una tormenta, y fue reconstruida años más tarde en estilo renacentista.



Vista del Oder y uno de los puentes


El río Oder y sus numerosos afluentes dividen la ciudad en doce islas conectadas por más de cien puentes, por ello a Wroclaw se la conoce también como la 'Pequeña Venecia'.

La Universidad de Wroclaw junto al Oder

Puente de acceso a la Isla de la Catedral
Vista de la catedral gótica de San Juan



Detalle de la catedral de san Juan
Altar mayor de la catedral
Antes de terminar esta nueva entrega sobre Polonia, dejen que les cuente el secreto de los enanitos de Wroclaw, una población de pequeños gnomos de bronce que comenzaron a aparecer por la ciudad a principios de los 80 con objeto de cazar a un duende que robaba comida a los habitantes de Wroclaw. En realidad, fueron la obra de un grupo clandestino que quería mostrar su rechazo a los lemas del comunismo mediante el uso del sarcasmo y la sátira.
Si van a Wroclaw alguna vez, búsquenlos. Están por todas partes.

Gnomo 
Gnomos 
Concluida la visita a la ciudad, el autobús nos llevó a nuestro hotel. Después de la cena en el lobby bar tomamos un chupito de soplica, un vodka de cereza típico del país, bastante suave.