domingo, 5 de abril de 2020

Abuelos



Esta mañana he oído en la radio la lectura de una carta escrita por una enfermera de la UCI.  Al final de un día de trabajo, la escribió desolada por la muerte de un paciente que había entrado en coma en la unidad de cuidados intensivos que ella atendía. El hijo, que esperaba fuera, lo vio morir sin poder decirle nada, sin poder abrazarlo, sin poder consolarlo. Y la enfermera no solo sufría por la muerte de su paciente, sino también por el dolor que mostraba el hijo de su paciente. Lo reconozco, he estado llorando un rato.
Qué difícil debe de ser realizar un trabajo como el de enfermera de UCI, en el que no se puede salvar de la muerte a todos los enfermos a tu cargo. Qué difícil es acostumbrarse a que cada día nos den la cifra de muertos y de infectados. Qué difícil es vivir estos días de mierda. Saldremos adelante, claro que sí, pero ya nada será igual. Muchas familias habrán perdido a algún ser querido. Y muchos abuelos habrán muerto sin el consuelo de sus familias.     

Madrid, 5 de abril de 2020
© Manuel Navarro Seva

2 comentarios:

Janet Gaspar dijo...

Si que es muy triste, animo a todas esas enfermeras y esos pacientes que en estos momentos luchan por sus vidas.

Manuel Navarro Seva dijo...

Un abrazo, Janet.