lunes, 27 de abril de 2020

Cuadragésimo segundo día de confinamiento

Foto del blog verdecora

A media mañana el sol entraba a través de la ventada del cuarto donde trabajo. Me asomé para que sus rayos acariciaran un rato la piel de mi rostro, del color del invierno, respiré un poco de aire fresco, observé el ligero temblor de las hojas de los arces y, antes de volver al trabajo, advertí que un vecino estaba de pie junto a uno de los rosales en flor. Me pareció que el hombre estaba hablando con las rosas. Creo que hablarles a las plantas estimula su crecimiento, pero yo, de momento, me limito a admirarlas desde mi ventana, aún no he llegado a esa fase de comunicación con ellas. Quizá cuando acabe el confinamiento baje al jardín y les diga algo.   

Madrid, 25 de abril de 2020
© del texto Manuel Navarro Seva

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