Como tantas veces había hecho de niño, sacó el cajón del armario ropero, lo colocó sobre la cama y se sentó a mirar las fotografías. Ella aparecía en casi todas con el pelo largo, ondulado. En una lo tenía a él en brazos, le acariciaba la carita y lo contemplaba, sonriendo. Pasó la yema del índice por la foto, la besó y se secó los ojos con el dorso de la mano. Luego guardó el cajón, se lavó la cara, se acomodó en el sillón donde ella solía sentarse y telefoneó a su hermano: «Acabo de llegar, ¿a qué tanatorio la habéis llevado?».
©Manuel Navarro Seva
Madrid, octubre de 2011
8 comentarios:
Un cuento triste, pero un año nuevo que seguro te trae muchas felicidades. Ojalá!
Un abrazo.
Gracias, Delia.
Muchas felicidades para ti también.
Un abrazo,
Boris.
Boris, la tristeza, en tus letras, nunca es un golpe bajo o dramático. Cómo admiro eso...
Un abrazo,
Esther
Hola,he leido algunos relatos y "Recuerdos" me ha gustado muchísimo,breve pero con mucha esencia... !!Felicidades!!
Esther,
Gracias, muchas gracias por eso que dices.
Un abrazo,
Boris.
Virvi, muchas gracias por pasarte.
Besos,
Boris.
Hola, Boris.
Un relato muy tierno. Preciosa la imagen cuando está recordando a la madre mientras mira la fotografía.
Salu2.
Hola, Juanan,
Me alegra que te guste esa imagen. Gracias por pasarte por mi blog.
Saludos,
Boris.
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