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Estatua del Buda Cósmico |
Después del desayuno dejamos Osaka y nos dirigimos a
Koyasan (monte Koya), a unos 80 km al sur de Osaka, uno de los lugares más sagrados de Japón, centro religioso del budismo Shingon. En primer lugar, después de descalzarnos, como es habitual al entrar en un templo budista, visitamos la
pagoda Daito, de color rojo anaranjado, en cuyo interior, en la parte central, se encuentra un buda dorado rodeado de columnas y pinturas; después recorrimos el conjunto de edificios que rodean este templo budista.
Más tarde estuvimos viendo el otro templo budista llamado
Kongobuji, en el que cabe destacar un bonito jardín zen de piedras.
Esa tarde, después del almuerzo, recorrimos el hermoso y extenso cementerio
Okunoin, el más grande de Japón, donde se encuentra el sepulcro del monje Kükai, fundador del budismo Shingon, y donde, también, se encuentran enterrados nobles, monjes, personas ricas y señores feudales que quisieron recibir sepultura en este sagrado lugar, rodeado de cedros y pinos centenarios de una altura descomunal. En muchas de las bonitas tumbas que encontramos a lo largo de un paseo de 2 km, destacaban las curiosas ofrendas en forma de baberos, gorros, capas de color rojo, flores y diversos faroles.
Durante esta jornada hizo mucho frío y nos sorprendió la nieve.






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Templo kongobuji
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Cementerio de Okunoin |
Desde allí pusimos rumbo al monasterio de Shojoshin-in. Después de dejar los equipajes en las habitaciones, cenamos todos juntos, sentados en el suelo, cada uno lo mejor que pudo, una exquisita comida vegetariana preparada por los monjes. Dormimos en colchones sobre el tatami y a primera hora de la mañana siguiente, a las 6.30, asistimos a los rezos de los monjes del monasterio en una capilla que olía a incienso. Fue una experiencia extraordinaria, única, aun cuando en los pasillos el termómetro marcaba una temperatura de un grado bajo cero. Disponíamos de estufas en las habitaciones, y de un buen edredón con que abrigarnos por la noche, menos mal.


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Vista exterior del monasterio |
Esa mañana, después del desayuno, pusimos rumbo a
Nara, la capital medieval de Japón, a 42 km al sur de Kioto. Visitamos el templo
Todaiji, donde se encuentra una estatua gigante de Buda, esculpida en bronce, que mide 16 m de altura, conocida como daibutsu (Gran Buda). Delante del templo se encuentra una linterna octogonal de bronce muy antigua, en realidad es una copia del original que se encuentra en un museo. Después de la visita paseamos por el parque de Nara acompañados por los famosos ciervos sika, que campan libremente por el parque y se acercan a los visitantes en busca de comida. En lugar precioso, como demuestran las fotografías siguientes.
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Entrada al recinto del templo |
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Templo Todaiji |
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Linterna octogonal de bronce |
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Gran Buda |
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Imágenes del parque |

Continuará...
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