La cita era a las cinco menos cinco de la tarde. Llegamos
con media hora de adelanto, nos quitamos los abrigos y nos sentamos en la sala
a esperar nuestro turno. El médico salió de su despacho y leyó varios nombres
de la lista. Tres pacientes de los cinco que nombró aún no habían llegado, así
que después de una señora mayor nos tocó a nosotros. Entramos, nos saludamos y
tomamos asiento. El doctor dijo:
—Hola, Manu, ¿qué te pasa?
—Me caí por la escalera.
—¿Y dónde te duele?
—Aquí —dijo, señalándose la rodilla.
—Vamos a verte. Túmbate en esa camilla. No hace falta que te
quites el pantalón. Basta con que te subas el camal.
El doctor presionó con los dedos en distintas partes de la
rodilla mientras le preguntaba:
—¿Te duele aquí?
—No.
—¿Y aquí?
—Tampoco.
—Lleva cinco días tomando Ibuprofeno —dije yo, aclarando que
quizás no le dolía por las pastillas.
El médico volvió a la mesa y rellenó una receta. Dijo que siguiera
con el Ibuprofeno unos días más y que se pusiera hielo en la rodilla.
—Si vuelven las molestias, que venga a verme.
—¿No sería bueno hacerle una placa o algo? —dije yo.
—De momento no lo veo necesario.
Salimos del ambulatorio y le pregunté a Manu si quería
merendar. Entramos en una cafetería. Él pidió un café con leche y una tostada
con mantequilla. Yo, un cortado descafeinado de máquina. Antes de empezar fue
al cuarto de baño. Luego lo llevé a Las
Viviendas y esperé a la fisioterapeuta para hablar con ella.
© Manuel Navarro Seva
2 comentarios:
Acabo de leer los tres. Tengo curiosidad por cómo se desarrollará. Muy en tu línea.
Un abrazo muy grande^^
Sugerencia: si va a haber muchos capítulos, podrías incluir un índice o una pestaña, no sé, algo, para en el futuro poder acceder a ellos fácilmente. Ahora no hace falta, claro, pero como tengas medio centenar... :p
Gracias por pasarte, Sergio. Y por la sugerencia. Sí habrá más entradas sobre Manu. De momento están etiquetadas, no sé si merecerá una página dedicada, veremos cómo evoluciona el tema. Un abrazo.
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