lunes, 7 de julio de 2008

Morir como un perro

Esmin Green, una mujer negra de 49 años, murió el 19 de junio en el suelo de la sala de espera de un hospital psiquiátrico de Brooklyn. Se desplomó ante la mirada indiferente de los pacientes que esperaban en la misma sala, del personal de seguridad y de los médicos y enfermeras, luego de aguardar 24 horas a que le asignaran una cama. Murió sin recibir ayuda, tendida en el suelo, como un perro. Aunque hoy día esa expresión, morir como un perro, no sea ya correcta.

Lo paradójico es que este trágico suceso ha ocurrido en el país más rico de la tierra, donde se dedican más de 40.000 millones de dólares a los cuidados de las mascotas, donde más de 70 millones de estadounidenses tienen al menos una.

Pero podía haber ocurrido aquí, en nuestra nueva Europa, la de las directivas de los centros de internamiento y de retorno de inmigrantes, la de las privatizaciones de los servicios sanitarios, etcétera.

Manuel Navarro Seva. Madrid
Publicada en EL PAÍS.com el 4.7.2008
Publicada en el diario Público el 5.7.2008

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