Llanto persistente. Párpado caído. Hematoma subdural. Parada cardiorrespiratoria. Riesgo vital. Masaje cardíaco. Respiración boca a boca. Constantes vitales. Intervención quirúrgica. Posibles secuelas.
Incubadora. Vida normal. Guardería. Seguimiento pediátrico. Audiometría. Electroencefalogramas. Análisis clínicos. Parálisis cerebral infantil. Hemiplejia derecha. Crisis convulsivas. Problemas de comprensión. Dificultad del lenguaje. Bipedestación tardía.
Estimulación precoz. Fisioterapia. Logopedia. Psicomotricidad. Traumatología. Operación del pie. Cirugía de la cadera. Neurología. Tratamiento anticonvulsivo. Revisión anual. Educación especial. Taller ocupacional.
Fuerte complexión. Alto. Rasgos agradables. Barba cerrada. Pelo castaño. Comportamiento sociable. Poco hablador. Ordenado. Paciente. Obediente. Colaborador. Educado. Música. Televisión. Juegos de mesa. Grupo de ocio.
Querido hijo.
©Manuel Navarro Seva
Madrid, 29 de marzo de 2005
4 comentarios:
JOE!, me he emocionado un montón. Ya lo había leido, pero es que está mu bien, eh?. Muy bien escrito padre.
A ver si sigues poniendo aqui tus relatos para que los podamos ver todos. Gracias. Ana
Gracias, Ana,
Me alegra que te haya emocionado, eso es porque tienes buen rollo.
Seguiré poniendo más relatos.
Un beso, Boris.
Es increiblemente doloroso este cuento, que para colmo del dolor, no es cuento. Tu prosa es excelente, con frases directas y cortas tocas la sensibilidad humana, algo que pocos logran. Tus palabras tienen poder. Y luz... Como dice Raymond Carver, a quien citas en tu Blogg.
Alma
Bueno, Alma, contar esta historia requiere una gran contención por mi parte. Por eso la prosa es directa, incluso sin verbos, con los adjetivos imprescindibles.
La clave del relato es la última frase, en mi opinión.
Gracias por lo que ves en este relato.
Un cordial saludo,
Boris.
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